miércoles, 19 de mayo de 2010

Redes sociales: riesgo y beneficio

PUNTO DE INTERÉS
Se agradece aporte del amigo Walter Arteaga*

Por un lado, a pesar de que desde Facebook se viene defendiendo que la privacidad de los miembros de esta red social es una cuestión de preferencias y que el usuario elige qué tipo de perfil quiere utilizar, lo cierto es que son muchos los internautas que tienen dificultades para acceder a esas opciones de privacidad y que frente a esta demanda se ofrecen iniciativas particulares como la aplicación que permite al usuario autoproteger su privacidad en esta red social, según enlace: tres pasos para decifrar tu privacidad.
Por otro lado, el desarrollo y progreso de las comunicaciones virtuales que vivimos en un mundo globalizado en constante cambio e interdependiente, según enlace: la red crece a pesar de la crisis, nos exige personalmente evaluar siempre el riesgo-beneficio de nuestras decisiones en el ciberespacio tomando las debidas precauciones frente a cualquier amenaza.
Finalmente, esperamos que las manos invisibles del mercado resuelvan el abuso de posiciones de dominio del monopolio en redes sociales.

Referencias, consultadas 19/05/2010 en:
http://www.abc.es/20100518/medios-redes-web/facebook-privacidad-201005181203.html
http://www.abc.es/hemeroteca/historico-17-05-2010/abc/Economia/la-red-es-el-unico-medio-de-comunicacion-que-sigue-creciendo-a-pesar-de-la-crisis_140171344424.html

* Condiscípulo de la «Promoción1964SanAgustín»

jueves, 13 de mayo de 2010

Ganar todo, más allá de la vida

PUNTO DE REFLEXIÓN
Por Leonardo Boff*

Al perder, ganamos y al vaciarnos nos llenamos. Hay quien dice que esta fue la trayectoria de Jesús, de Buda, de Francisco de Asís, de Gandhi, y de la Madre Teresa, entre otras personas.

Tal vez una historia de los maestros espirituales antiguos nos aclare el sentido de esta pérdida que se transforma en ganancia.

«Había una vez un muñeco de sal. Después de peregrinar por tierras áridas llegó a descubrir el mar que nunca antes había visto y por eso no conseguía comprenderlo. El muñeco de sal le preguntó: «¿Tú quien eres?» Y el mar le respondió: «Soy el mar». El muñeco de sal volvió preguntar: «¿Pero qué es el mar?» Y el mar contesto: «Soy yo». «No entiendo», dijo el muñeco de sal, «pero me gustaría mucho entenderte. ¿Qué puedo hacer?» El mar simplemente le dijo: «Tócame». Entonces el muñeco de sal, tímidamente, tocó el mar con la punta de los dedos del pie y notó que aquello empezaba a ser comprensible, pero luego se dio cuenta de que habían desaparecido las puntas de los pies. «¡Uy, mar, mira lo que me hiciste!» Y el mar le respondió: «Tú me diste algo de ti y yo te di comprensión. Tienes que darte todo para comprenderme todo».
Y el muñeco de sal comenzó a entrar lentamente mar adentro, despacio y solemne, como quien va a hacer la cosa más importante de su vida. A medida que iba entrando, iba también diluyéndose y comprendiendo cada vez más al mar. El muñeco de sal seguía preguntando: «Qué es el mar?». Hasta que una ola lo cubrió por entero. En el ultimo momento, antes de diluirse en el mar, todavía pudo decir: «Soy yo».

Se desapegó de todo y ganó todo: el verdadero yo.

* Teólogo. Extracto de artículo publicado en «RedesCristianas» el 08/05/2010, al cual se puede acceder siguiendo el enlace: Muñeco de Sal. Consultado el 13/05/2010 en: http://www.redescristianas.net/2010/05/08/historia-del-muneco-de-salleonardo-boff-teologo/