Celebramos hoy una de las fiestas centrales de la Iglesia: Pentecostés o Fiesta del Espíritu Santo. Lo esencial, decía el autor del Principito es "invisible a los ojos". También lo esencial de la Iglesia es invisible. Es invisible nuestra alma. Es invisible nuestro pensamiento. Es invisible la savia que sube de las raíces. Sin embargo, sin el alma somos pura materia, sin el pensamiento no somos humanos y sin savia el árbol se seca.
Por eso el don del Espíritu Santo
a la Iglesia es el gran acontecimiento de Dios en nosotros. Así como el alma
anima a todo el cuerpo y la savia da vida a todo el árbol, el Espíritu también
da vida a toda la Iglesia. Copio algo que escribió Pagola y que me parece que
todos debiéramos tener siempre presente:
"El Espíritu no es
privilegio de un grupo. El Espíritu se da a toda la comunidad eclesial. El crea
la Iglesia, la reviste de poder para desempeñar su misión, le infunde su
dinamismo, la unifica y la vivifica permanentemente. La Iglesia en su totalidad
es el lugar privilegiado del Espíritu. No hay en ella sectores que gocen de la
garantía del Espíritu y sectores privados del Espíritu. Todo el pueblo creyente
ha sido llenado del Espíritu. Todo el pueblo posee la unción del Santo (1Jn
2,20-27). El Espíritu es para todos. Y "si alguno no tiene el Espíritu de
Cristo, ése no es de Cristo" (Rom8, 9)."
El Espíritu Santo es el mismo en
todos, por más que despierte funciones distintas en cada uno. La savia es la
misma, pero las ramas son diferentes.
El Espíritu Santo nos hace a
todos una misma comunión y, por tanto, una misma Iglesia. Nos hace a todos
sujetos de su animación y de su iluminación. Razón esta por la cual, todos en
la Iglesia tenemos algo que decir y algo que hacer. La comunión no impide la
diversidad, como la diversidad no impide la misma comunión.
El Espíritu nos hace ser Iglesia,
nos hace sentirnos Iglesia. El Espíritu nos hace comunidad eclesial, donde
todos estamos animados por la misma savia divina, y donde tenemos parte en la
misión de la Iglesia como bautizados. El Espíritu Santo que habita en ti es el
mismo que habita en mí. Por eso, tú y yo somos miembros vivos y activos de una
misma comunidad eclesial.
* Hoja Parroquial – Virgen del
Pilar 27/05/2012. Consulta 29/05/2012.
http://www.iglesiaquecamina.com/1hojaparroquial.htm#uno