martes, 24 de diciembre de 2013

Feliz Navidad y Año Nuevo


Amigos y condiscípulos agustinianos,
reciban un saludo de paz y amistad por navidad y año nuevo, guiados por el proverbio "ama y haz lo que quieras".
Un fraterno abrazo,

martes, 19 de noviembre de 2013

Aprendiendo que nada es imposible de solucionar


"No llores por lo que perdiste, lucha por lo que te queda. No llores por lo que ha muerto, lucha por lo que ha nacido en ti. No llores por quien se ha marchado, lucha por quien está contigo. No llores por quien te odia, lucha por quien te quiere. No llores por tu pasado, lucha por tu presente. No llores por tu sufrimiento, lucha por tu felicidad. Con las cosas que a uno le suceden vamos aprendiendo que nada es imposible de solucionar, solo sigue adelante."



Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco.

sábado, 7 de septiembre de 2013

QUINTO ANIVERSARIO: «Círculo Agustino»


Amigos y condiscípulos agustinianos,

hoy celebramos esta iniciativa grupal iniciando el sexto año de presencia virtual, gracias al empeño en equipo de un pequeño grupo de agustinos con vocación universal (católica) por crear y mantener un sitio en el ciberespacio que acoja amigos y condiscípulos comprometidos en aplicar el pensamiento agustiniano a la vida cotidiana.

Acompañan en equipo al Comité Editor «Círculo Agustino» CECA en este nuevo período: Jorge Llontop de la Promoción 1961 SA, Luis Rosado, Eduardo Alvizuri, Jorge Atkins, Carlos Arrieta y Jean Doig de la Promoción 1964 SA.

Saludos, Jean Jesu, Coordinador CECA.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Feliz día agustiniano: 28 Agosto 2013

Ama y haz lo que quieras.


Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. 





Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos.

viernes, 26 de julio de 2013

Felices fiestas patrias para el Perú y Latinoamérica, 2013

EL PROCESO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ Y LATINOAMÉRICA

Las corrientes libertarias del siglo XVIII, que llevaron a la independencia de los Estados Unidos y precedieron la caída de la monarquía francesa, repercutieron en los países de América Latina con protestas, revueltas y rebeliones. Fernando VII, rey de España, había logrado frenar todo intento de emancipación en las colonias. Es así, que a comienzos de 1816, solo quedaban como únicos focos de agitación libertaria: las provincias unidas del Río de la Plata (Argentina), y la región de los llanos orientales del Orinoco (Venezuela). Fue de estos dos históricos lugares de donde partieron las dos corrientes libertadoras que convergieron hacia el Perú: la del sur, al mando de don José de San Martín (1820), y la del norte, comandada por don Simón Bolívar, con el mismo propósito, sellar la independencia de los pueblos de América Latina.

Buena parte de los peruanos combatieron en el batallón "Legión Peruana", en el que destacaron el general La Mar, los oficiales Ramón Castilla, Miguel San Román y Narciso Tudela, todos ellos distinguidos por acción heroica en el campo de batalla.

San Martin en el Perú

El ejército libertador del Perú zarpó del puerto de Valparaíso, el 20 de agosto de 1820. La expedición financiada por Argentina y Chile constaba de 4,118 hombres de las diferentes armas: caballería, infantería y artillería. Después de 18 días de navegación, el memorable 8 de setiembre de 1820, se inició el desembarco de la expedición libertadora en la bahía de Paracas (departamento de Ica). En seguida, los patriotas ocuparon Pisco, Chincha y demás haciendas inmediatas. San Martin estableció entonces su cuartel general en Pisco.

Acta de la independencia del Perú

San Martín ocupa Lima y reúne a cabildo abierto el 15 de julio de 1821. Don Manuel Pérez de Tudela, más tarde ministro de Relaciones Exteriores, redacta el Acta de la Independencia, que fue suscrita por las personas notables de la ciudad:

 "En la ciudad de los reyes, el quince de julio de mil ochocientos veintiuno, reunidos en este Excmo. Ayuntamiento los señores que lo componen, con el Excmo. e Ilmo. señor arzobispo de esta santa iglesia metropolitana, prelados de los conventos religiosos, títulos de castilla y varios vecinos de esta capital, con el objeto de dar cumplimiento a lo prevenido en el oficio del Excmo. Sr. general en jefe del ejército libertador del Perú, don José de San Martín, el día de ayer, cuyo tenor se ha leído, he impuesto de su contenido reducido a que las personas de conocida probidad, luces y patriotismo que habita en esta capital, expresen si la opinión general se halla decidida por la independencia, cuyo voto le sirviese de norte al expresado Sr. general para proceder a la jura de ella. Todos los Srs. concurrentes, por sí y satisfechos, de la opinión de los habitantes de la capital, dijeron: que la voluntad general está decidida por la independencia del Perú de la dominación española y de cualquiera otra extrajera y que para que se proceda a la sanción por medio del correspondiente juramento, se conteste con copia certificada de esta acta al mismo Excmo. y firmaron los Srs.: el conde de San Isidro-Bartolomé, arzobispo de Lima, Francisco Javier de Zárate -el conde de la Vega de Ren -el conde de las lagunas-Toribio Rodríguez -Javier de Luna Pizarro -José de la Riva Agüero-el Marqués de Villa Fuerte."

Proclamación de la independencia del Perú

El 28 de julio de 1821 se reúne el cabildo abierto en Lima, declarando junto con el pueblo la independencia del Perú de la dominación española y de cualquier otra dominación extranjera. Don José de San Martín proclama y jura la independencia del Perú en la plaza mayor de Lima con las siguientes palabras:
 “El Perú desde este momento es libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende, ¡viva la patria! ¡viva la libertad!, ¡viva la independencia!"
Según el historiador Jorge Basadre, estas palabras simbolizaban un cambio histórico, porque había surgido el principio de "la voluntad de los pueblos", no solo del Perú sino de América Latina.

Simón Bolívar sella la independencia del Perú

En los hechos que marcan la historia, en Junín y Ayacucho con don Simón Bolívar, la independencia del Perú selló la independencia latinoamericana. El Perú y Latinoamérica tienen en sus raíces latinas un origen común que los une e identifica a través del mar, vía por la cual arribó la escuadra libertadora.

 ¡Felices fiestas patrias para el Perú y Latinoamérica!




TE AMO PERÚ 

jueves, 20 de junio de 2013

Sociedad contemporánea: consumo y competitividad

Discurso de Pepe Mujica en Río

El discurso ya se está considerando histórico, Mujica habló ante una audiencia de mandatarios que con desgano escucharon las verdades brutales que les decía, recién a días del discurso, la prensa internacional y el mundo comienzan a tener en cuenta que no fue un simple discurso el que dijo el presidente uruguayo.

«Autoridades presentes de todas la latitudes y organismos, muchas gracias. Muchas gracias al pueblo de Brasil y a su Sra. presidenta, Dilma Rousseff. Muchas gracias también, a la buena fe que han manifestado todos los oradores que me precedieron.

Expresamos la íntima voluntad como gobernantes de apoyar todos los acuerdos que, esta, nuestra pobre humanidad pueda suscribir.
Sin embargo, permítasenos hacer algunas preguntas en voz alta. Toda la tarde se ha hablado del desarrollo sustentable. De sacar las inmensas masas de la pobreza.

¿Qué es lo que aletea en nuestras cabezas? ¿El modelo de desarrollo y de consumo que queremos es el actual de las sociedades ricas?
Me hago esta pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes? ¿Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar? 

Más claro ¿tiene el mundo los elementos materiales como para hacer posible que 7 mil u 8 mil millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales? ¿Será eso posible? ¿O tendremos que darnos otro tipo de discusión?

Hemos creado esta civilización en la que hoy estamos: hija del mercado, hija de la competencia y que ha deparado un progreso material portentoso y explosivo. Pero la economía de mercado ha creado sociedades de mercado. Y nos ha deparado esta globalización, cuya mirada alcanza a todo el planeta.
¿Estamos gobernando esta globalización o ella nos gobierna a nosotros?
¿Es posible hablar de solidaridad y de que "estamos todos juntos" en una economía basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad?

No digo nada de esto para negar la importancia de este evento. Por el contrario: el desafío que tenemos por delante es de una magnitud de carácter colosal y la gran crisis que tenemos no es ecológica, es política.
El hombre no gobierna hoy a las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre. Y a la vida.

No venimos al planeta para desarrollarnos solamente, así, en general. Venimos al planeta para ser felices. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale como la vida. Esto es lo elemental.

Pero la vida se me va a escapar, trabajando y trabajando para consumir un "plus" y la sociedad de consumo es el motor de esto. Porque, en definitiva, si se paraliza el consumo, se detiene la economía, y si se detiene la economía, aparece el fantasma del estancamiento para cada uno de nosotros.

Pero ese híper consumo es el que está agrediendo al planeta.

Y tienen que generar ese híper consumo, cosa de que las cosas duren poco, porque hay que vender mucho. Y una lamparita eléctrica, entonces, no puede durar más de 1000 horas encendida. ¡Pero hay lamparitas que pueden durar 100 mil horas encendidas! Pero esas no, no se pueden hacer; porque el problema es el mercado, porque tenemos que trabajar y tenemos que sostener una civilización del "úselo y tírelo", y así estamos en un círculo vicioso.

Estos son problemas de carácter político. Nos están indicando que es hora de empezar a luchar por otra cultura.

No se trata de plantearnos el volver a la época del hombre de las cavernas, ni de tener un "monumento al atraso". Pero no podemos seguir, indefinidamente, gobernados por el mercado, sino que tenemos que gobernar al mercado.
Por ello digo, en mi humilde manera de pensar, que el problema que tenemos es de carácter político. Los viejos pensadores -Epicúreo, Séneca y también los Aimaras- definían: "pobre no es el que tiene poco sino el que necesita infinitamente mucho". Y desea más y más.

Esta es una clave de carácter cultural.

Entonces, voy a saludar el esfuerzo y los acuerdos que se hagan. Y lo voy acompañar, como gobernante. Sé que algunas cosas de las que estoy diciendo "rechinan". Pero tenemos que darnos cuenta de que la crisis del agua y de la agresión al medio ambiente no es la causa. La causa es el modelo de civilización que hemos montado. Y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir.

Pertenezco a un pequeño país muy bien dotado de recursos naturales para vivir. En mi país hay poco más de 3 millones de habitantes. Pero hay unos 13 millones de vacas, de las mejores del mundo. Y unos 8 o 10 millones de estupendas ovejas. Mi país es exportador de comida, de lácteos, de carne. Es una penillanura y casi el 90% de su territorio es aprovechable.

Mis compañeros trabajadores, lucharon mucho por las 8 horas de trabajo. Y ahora están consiguiendo las 6 horas. Pero el que tiene 6 horas, se consigue dos trabajos; por lo tanto, trabaja más que antes. ¿Por qué? Porque tiene que pagar una cantidad de cosas: la moto, el auto, cuotas y cuotas y cuando se quiere acordar, es un viejo al que se le fue la vida.

Y uno se hace esta pregunta: ¿ese es el destino de la vida humana?

Estas cosas que digo son muy elementales: el desarrollo no puede ser en contra de la felicidad. Tiene que ser a favor de la felicidad humana; del amor a la tierra, del cuidado a los hijos, junto a los amigos. Y tener, sí, lo elemental.
Precisamente, porque es el tesoro más importante que tenemos. Cuando luchamos por el medio ambiente tenemos que recordar que el primer elemento del medio ambiente se llama felicidad humana.»


* Artículo publicado en «El Heraldo» el 21/11/2012. Consulta el 20/6/2013. http://www.elheraldo.com.ar/noticias/79643_discurso-de-pepe-mujica-en-rio.html

miércoles, 1 de mayo de 2013

Feliz día internacional del trabajador

JUSTO HOMENAJE A LOS MÁRTIRES DE CHICAGO USA.
Hoy rendimos justo homenaje conmemorando a quienes nos precedieron en jornadas históricas de lucha por la reinvindicación del trabajador, recordando a los Mártires de Chicago USA, quienes en 1886 —hace 127 años—, se inmolaron al consumarse un horrendo crimen judicial que los condenaba a la horca por sus ideas políticas en favor de los derechos laborales. Su sacrificio ha hecho posible en el mundo y en nuestro país el respeto y la defensa de la dignidad  de la persona humana por el trabajo, que lo dignifica y engrandece.

http://circuloagustino.blogspot.com/2009/05/dia-del-trabajo-martires-de-chicago.html
http://circuloagustino.blogspot.com/2012/05/el-trabajo-dignifica-la-persona-dia.html

sábado, 13 de abril de 2013

Fe razonada: la fe sin razón no es fe


Benedicto XVI y Juan Pablo II, cara y sello de una misma moneda
Juan Gossaín*

                                                           “La fe sin razón no es fe.”
Sn. Agustín (430)


Gossaín explora sus vidas con el profesor Guillermo Escobar, colombiano que los conoció a los dos.
 Han corrido ríos de tinta, cataratas de palabras y océanos de imágenes desde el día en que el papa Benedicto anunció su retiro. 
La prensa y las redes sociales del mundo entero coinciden al afirmar que la curia vaticana y la burocracia eclesiástica le hicieron la vida imposible.


Fue entonces cuando me hice las primeras preguntas: ¿Existe realmente esa confrontación entre el papa y sus compañeros? ¿Por qué empezó? ¿Cuándo empezó? Resolví salir en busca de alguien con la autoridad suficiente para explicármelo. Lo encontré a la vuelta de la esquina.
"El problema se inició hace diez años", me dice de entrada el profesor Guillermo León Escobar, uno de los escasos colombianos que conocieron bien a los dos papas más recientes. 


Por siete años fue embajador de Colombia en la Santa Sede, desde hace quince años es catedrático de ciencia política en la legendaria Universidad Gregoriana de Roma (donde estudian los sacerdotes que habrán de convertirse en obispos) y en los últimos cinco años ha ejercido como consultor del Pontificio Colegio de laicos, por nombramiento que le hizo el propio Benedicto, con quien se reunía una vez al mes hasta cuando presentó su renuncia.

"Hace diez años estaba comenzando el escándalo de pederastia que implicó a numerosos sacerdotes en varios países. Llegaron los primeros requerimientos judiciales. El papa Juan Pablo II dio una orden terminante a sus asesores: 'La Iglesia no entrega a sus hijos a la justicia humana, para que hagan escarnio de ellos', y ordenó, simplemente, que los acusados se trasladaran a otro lugar".

Pasaron apenas dos años. Juan Pablo murió en olor de santidad. El cardenal Joseph Ratzinger, que ejercía como presidente de la Sagrada Congregación de la Fe, nada menos, se convirtió en Benedicto XVI. "A los pocos días de haberse posesionado, les dijo a sus colaboradores: 'La Iglesia está en la obligación moral de entregar los criminales a la justicia'. Usó esa palabra exacta: criminales. Desde entonces han sido arrestados alrededor de cien sacerdotes, dos cardenales y una docena de obispos. Muchos de ellos continúan en la cárcel".

A partir de ese momento, el armazón del poder interno se sublevó contra el papa. "Cómo será de grave la situación que, hace unos cuantos días, después de presentar su renuncia, se reunió en privado con la curia romana. Les dijo: 'Admiro mucho en ustedes la gran capacidad que tienen para denunciar los pecados, siempre y cuando sean pecados ajenos' ".

De manera, pues, que Benedicto se va porque, como él mismo ha dicho, a los 85 años edad ya le faltan fuerzas para semejante tarea. "Pero también se va porque lo agobian las intrigas a su alrededor", comenta el profesor Escobar. "No olvide usted que Ratzinger es alemán: los alemanes son gente solitaria, y el Papa ha padecido siempre la soledad del poder".

Sumadas todas esas razones, Benedicto se convierte en el primer pontífice que renuncia espontánea y voluntariamente en más de dos mil años de historia. En total se han retirado seis papas, pero los cinco casos anteriores ocurrieron por las amenazas de los emperadores de su época o porque había dos papas al mismo tiempo, y uno de ellos tuvo que renunciar.

Vidas paralelas

Ya que los conoció a ambos y trabajó con ellos, los sucesos que está relatando me llevan a preguntarle al profesor Escobar cómo podría hacerse un paralelo entre los dos últimos papas. ¿Qué era en realidad lo que los distanciaba? ¿Había algo que los acercara?

"Eran muy distintos, pero eran cara y sello de una misma moneda. Juan Pablo era un genio de la comunicación, lo que hoy se llamaría un genio mediático, que cautivaba de inmediato a la prensa y las masas. Nadie aceptó nunca un debate público con él porque sabían de antemano que era una causa perdida. Benedicto, en cambio, es negado para la prensa, es un hombre de debate, de profundidades académicas, que discute a diario con medio mundo. 

Juan Pablo era un santo; Benedicto es un intelectual. Por eso, ahora que se va le deja de herencia a la Iglesia, como si él fuera una versión moderna de santo Tomás de Aquino, la nueva Summa Teológica para el tercer milenio".

Cuando llegó al pontificado, Juan Pablo II descubrió de inmediato que la Iglesia católica, como institución, atravesaba por un grave problema de imagen. "Se fue en peregrinación a recorrer el mundo entero. Benedicto, por su parte, comprendió que el asunto principal de su papado era la profundización de la doctrina. Juan Pablo vivía a gusto rodeado de gente. Benedicto era un papa solitario".

Ahora sí entiendo la diferencia: Juan Pablo era un hombre sencillo y elemental, de la estirpe de san Pedro, un humilde pescador de Galilea. Benedicto es un pensador de cultura exquisita, como san Pablo, a quien tanto admira. ("¿Cómo se explica usted", pregunta Escobar, "que un alemán, un alemán, por Dios, pueda hablar el italiano con esa dulzura suya, que se ha vuelto tan famosa? Es la cultura, naturalmente". Tiene razón: los alemanes siempre hablan como si lo estuvieran regañando a uno. Salvo el papa). 

Las dos orillas del Evangelio

En promedio, Guillermo León Escobar permanece ocho meses al año en Roma. Pero en este momento está disfrutando de un año sabático en Colombia, dedicado a ordenar su casa de Bogotá, organizar su biblioteca y visitar a los amigos que había perdido de vista. Por eso puedo conversar con él a pierna suelta. Le pregunto qué tan profundas llegaron a ser aquellas divergencias entre Juan Pablo II y el entonces cardenal Ratzinger.

"Siempre las hubo. Recuerdo lo que pasó una noche en que Ratzinger salía de una reunión con el papa en la casa de campo de Castelgandolfo. Un sacerdote latinoamericano que también estaba allí se lo quedó mirando, perplejo, porque para nosotros cualquier discrepancia es pelea, y le dijo: '¿Usted por aquí, cardenal? ¿Ustedes dos no son enemigos?'. Con la misma voz suave y afectuosa que ha tenido toda la vida, le contestó: 'No, no somos enemigos. Somos las dos orillas de un mismo río, la una frente a la otra. Lo que nos une, ese río que pasa por la mitad de nosotros, es el Evangelio' ".

Eran hombres superiores, qué duda cabe, y por eso los dos sabían que sus criterios dispares no eran excluyentes, sino complementarios. La verdad completa, al fin y al cabo, se construye con pedazos de verdad que aportan los que piensan distinto a uno, no los que piensan igual.

Las alas del mismo pájaro

Lo sabían tan claramente, y se respetaban tanto en medio de sus diferencias de criterio, "que un día Juan Pablo le pidió a Ratzinger que escribieran a cuatro manos la célebre encíclica Fe y razón. Vea usted: el papa escribió la parte de la fe y el cardenal la parte de la razón. Eso define a la perfección lo que era cada uno".

Los desacuerdos entre los dos hombres llegaron a ser tan célebres, que por aquellos mismos días alguien le preguntó a Ratzinger cómo había sido posible que hubiera escrito con Juan Pablo el texto de la encíclica. No volvió a repetir la metáfora de las dos orillas de un mismo río, "pero le respondió con otra belleza. 'Si usted observa un pájaro detenidamente' -le dijo- descubrirá que nunca mueve un ala primero y la otra después, porque podría caerse. Para poder volar mueve las dos alas al mismo tiempo. La Iglesia es el pájaro. Juan Pablo y yo somos sus dos alas. Nos movemos juntos para que siga volando. Él es la fe y yo soy la razón' ".

El profesor Escobar guarda un instante de silencio que no me atrevo a romper. Está luchando con la nostalgia de sus mejores recuerdos. Mira por el balcón a un par de alcatraces que vuelan sobre el mar de Cartagena. Mueven ambas alas al tiempo. Entonces se vuelve hacia mí, y exclama:

"Cuando los conoces a ambos, Juan Pablo te deslumbra el alma y Benedicto te estremece el cerebro".

De Armenia a Alemania

La renuncia de Benedicto XVI sorprendió a Guillermo León Escobar mientras se encontraba en Colombia. No ha podido despedirse de él, pero recuerda vivamente la primera vez que lo vio, hace más o menos cuarenta años. Escobar había salido de su Armenia nativa a estudiar en la universidad alemana de Bonn.

"Lo conozco muchísimo", me dice, con los brazos cruzados y una barba salpicada de canas, "porque en los años 70 nos dictaba de vez en cuando unas conferencias en el enorme auditorio de la universidad. No puedo afirmar que fui su alumno, en el sentido cotidiano de la expresión, porque solo venía en forma esporádica a leernos el original de algún libro que estaba escribiendo. En aquella época no hablé nunca con él. Lo veía de lejos".

El futuro papa había sido profesor titular de la universidad unos años antes de que Escobar llegara de Armenia, "pero tuvo que renunciar acosado por los jóvenes rebeldes que se sumaban a la revolución iniciada en mayo del 68 en París. Debatió abiertamente con Daniel el 'Rojo', líder de los insurrectos, que estudiaba en Francia pero era alemán".

Fue entonces cuando, en los muros de París, los muchachos escribieron aquellos letreros inmortales que Julio Cortázar recogió en un libro estupendo. "Apareció la célebre frase 'Prohibido prohibir' y Ratzinger, educado en la doctrina profunda de la Iglesia, reaccionó de inmediato. Dijo en sus charlas universitarias que el nuevo enemigo de la civilización cristiana occidental ya no era el comunismo marxista, sino el relativismo, que todo lo tolera. Si nada está prohibido, nos comentó un día, entonces el pecado no existe".

Volvió a verlo ya en el Vaticano. Le llevó un libro sobre grandes temas social-cristianos. "Le dije que había asistido a sus conferencias en Bonn, pero ni siquiera me había visto en el auditorio. 'Pero recuerdo perfectamente -me dijo- una conferencia suya que dio apertura al sínodo de obispos romanos'. Me pidió que no me fuera, aunque yo acababa de renunciar a la embajada colombiana, y me propuso que siguiera con mis clases en la Universidad Gregoriana".

Epílogo

Luego, convertido ya en papa, lo nombró consultor del Colegio de Laicos y perito pontificio. Esos tiempos se están volviendo ya polvo del pasado. Son historia. "Él dice que le faltan fuerzas, aunque no está enfermo. Hace diez años le instalaron un marcapasos cardíaco y hace tres lo operaron en absoluto secreto para cambiarle las pilas. Fue entonces cuando empezó a cambiar la lectura de san Pablo, intelectual y escritor, como él, y asumió la de san Pedro, menos racional pero más humano. El papa empezó a preguntarse, como se preguntaba Pedro: '¿Estaré perdiendo las fuerzas? ¿Necesitaré que alguien me ayude a vestir?'. Y llegó a la conclusión de que debía renunciar".

El profesor Escobar recuerda que en el año 2004, cercana ya su muerte y agobiado por las enfermedades, los allegados más íntimos de Juan Pablo II le sugirieron con gran delicadeza que pensara en la misma posibilidad. Alguien, menos discreto, se lo preguntó abiertamente, acariciándole las manos temblorosas: "¿Por qué no renuncia?". Escobar dice que nunca podrá olvidar lo que respondió el Papa, "porque siempre he dicho que la vida es la fe convertida en actos". 

Lo cierto es que Juan Pablo ya casi no podía hablar. Era difícil entender sus palabras. Le costaba trabajo levantar la cabeza desgonzada, pero, aún así, mansamente, aquel hombre que se estaba apagando contestó con un susurro:

-Porque Cristo no se bajó de la cruz...


 NOTA DEL EDITOR
*  Periodista. Artículo publicado en «eltiempo.com» el 19 de Febrero del 2013. Consulta el 13/4/2013.