“En las cosas
necesarias, la unidad; en las dudosas, la libertad; y en todas, la caridad.”
Somos
dados a imponer a los demás nuestros propios criterios, incluso violentándoles
con palabras elogiosas o con desprecios. En el fondo, lo que nos falta es el
conocimiento completo de nosotros mismos y la humildad necesaria para admitir
que la libertad que pedimos la debemos conceder a los que no están de acuerdo
con nosotros. En el fondo, nos falta el ejercicio siempre saludable de la
caridad.