“En mi corazón soy lo que soy” (C 10, 3, 4).
PUNTO DE VISTA
El contenido esencial de este proverbio está en la parte más sensible del ser humano, que puede estar llena de amor para con el prójimo como para consigo mismo, o por lo contrario vacía por ausencia de Dios.
Compartir el amor del Creador en sí mismos, individualmente, nos favorece por obra de Dios a gozar de su presencia en lo más íntimo de nuestro ser desde ahora y para siempre.
Para el pensamiento agustiniano Dios es amor que alojado en nuestro corazón nos dice desde nuestro interior lo que somos y que estamos preparados para compartir su Gracia con todos y cada uno de los seres humanos.
"Una oración Dios siempre la escucha":
¡Señor, fortalece nuestro corazón por tu amor!
¡Señor, incrementa nuestra capacidad de compartir!
¡Señor, no permitas que nos separemos de ti!
Miércoles, 31 de mayo de 2023.
