“Esparce el Evangelio; lo que concebiste en el corazón, dispérsalo con la boca. Crean los pueblos al oírte; pululen las naciones…” (S 116,7).
PUNTO DE VISTA
En este proverbio privilegiamos tres palabras claves: concebir, dispersar y creer en el afán cristiano de esparcir el Evangelio hasta abundar (pulular) su conocimiento entre las naciones.
Compartir percepciones sensibles y razonadas de la palabra de Dios concebidas en el corazón de uno mismo nos convierte en fuente de amor y caridad para con el prójimo y con nosotros mismos.
Dispersar tales percepciones es compartir con los demás toda revelación de la buena nueva contenida en el Evangelio mediante la propia palabra.
Para el pensamiento agustiniano pedir que los pueblos crean al oírte es un reto a la sabiduría de cada uno para motivar el compromiso por la educación en valores y el apostolado cristiano donde se pueda dar algo por la Gracia de Dios, no donde se acumule algo en el corazón para dejar de compartirlo.
"Una oración Dios siempre la escucha":
¡Señor, fortalece nuestro apostolado cristiano por educar en valores!
¡Señor, aumenta nuestra sabiduría para mover corazones!
¡Señor, bendice nuestra capacidad de enseñar y aprender!
Viernes, 29 de abril de 2022.
